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Creatividad combinatoria

19/01/2014

Aprender a desaprender. Reseteo mi memoria y pongo un chip de cerebro gris, haciendo hincapié en mi parte izquierda. Abandoné mis capacidades de uso con el mundo material y científico aproximadamente a los dieciséis o diecisiete años. Una pena, a sabiendas que igual podría haber sido algo más útil y productiva en el sentido que exige hoy la sociedad. Al igual que hemos determinado las dos partes del cerebro, también en la educación y en grados posteriores hemos ido haciendo registros en cajones todos bien apilados, determinando acciones y concreciones, asignando sujetos válidos para ello; y no mirando más allá. La relación básicamente ha sido  permitida entre materias similares y personalizadas entre doctos específicamente entrenados para ello. Por ello, viva la especialización entre el homínido desnaturalizado. Experiencia que a la larga se transforma en hermetismo y poca permeabilidad.

¿Qué hay de la interdisciplinariedad? Lo mismo que intentamos cumplir la máxima de la relación para recrear la inteligencia; ¿por qué en la vida real acaba por imponerse los estancos perfectamente delimitados que cumplen su papel?. De acuerdo que hasta ahora había que delimitar espacios para cumplir mejor las funciones teóricamente ideadas y puestas en acción.

Pero es que hoy todo ha cambiado y lo que antes era un proceso lineal y poco avenido a interferencias, hoy es un flujo con variables tan volátiles que es necesaria la reprogramación diaria.  

Creo firmemente en las capacidades de aunar la Ciencia con las virtudes del Arte y el Humanismo y en saltar las barreras del dogmatismo tanto de la especialización como de la exclusividad porque sí. En tanto en cuanto más campos y más disciplinas nos permitan dilucidar los problemas que se suceden hoy día, más ampliaremos nuestro marco de referencia y el camino a recorrer será menos arduo.

Tengan a bien un simple ejemplo. Salten a la comba. Vuelvan a hacerlo y ésta vez crucen los brazos saltando. Alternen ambos mecanismos y verán cómo irán progresivamente adquiriendo más habilidad…A veces hasta el simple hecho de alterar la monotonía descubre atractivas posibilidades.

De la ciencia al arte, o del arte a la ciencia, del espacio matemático a la intuición. Quien nos enseña la combinatoria de la creación con la ciencia es un creador. Quien engaña a la razón y prueba a la intuición para llegar a verdades certeras es, también, en cierta medida un creador (¿prestidigitador?).

Puede parecer atrevido apoyar sin fisuras todo aquel conocimiento que no restrinja los saberes y la experiencia, sino que lo potencie. Dame una vela que alumbre, pero enciende con esa misma otras muchas, para que juntas puedan alumbrar más. La capacidad del hombre hasta donde sabemos tiene muchos recovecos por descubrir. Vuelvo a imaginar el cerebro: sus dos partes diferenciadas. ¿Por qué dejar de pensar en combinaciones sólo con un hemisferio? La creatividad combinatoria puede al menos sugerirnos otros escenarios y otros resultados.

From → Editorial

One Comment
  1. Interesante reflexión y llamada a la acción. Todos a saltar a la comba cruzando los brazos.
    Bss

Es tu turno.