Saltar al contenido

El sendero de las lamias

14/08/2015

lamias

Treinta años en la vida de las lamias es mucho más que tres generaciones de marinos. De todos los caminos que se pueden escoger, la verdadera magia sólo concede deseos con garantía de cumplirse a quienes se adentran en el sendero de las lamias.

Mientras su origen es incierto, estas musas que se vislumbran en el mar y reflejan sus sombras en la costa más lejana, siguen conservando sus patas de aves para volar y su peine de oro para alisar sus largas melenas. Hay quien dice que cantan por amores perdidos o por dar sabios consejos a quienes padecen mar adentro.

El presagio de los vikingos, tiempo atrás, guerreros y cazadores, era que las lamias jamás conseguirían poner un pie en tierra, pues el alma que poseían era tan libre que el primer paso en roca firme, significaría cuerpo de ceniza, alma de nube y corazón de hielo.

-Corazón de hielo, oí a una sirena susurrar, cuando la brisa que me llegaba desde el espigón, me hizo imaginarme entre ellas. Primas hermanas, las sirenas y las lamias, a medianoche se confiesan sus viajes por mar y horizontes velados, posando sus tristezas en las olas que rompen con fuerza para acabar convirtiéndose en un azul intenso que queda atrapado en las entrañas de la tierra.

El tiempo de las lamias representa el tiempo de las mareas vivas. De compás de furia, pues es la luna quien desvela sus secretos de amor y de traición. Entre ellas, se escuchan tímidas historias que pasan de unas a otras, por un fino hilo de aliento, que se desvanece con la amenaza de una impetuosa galerna.
He creído conocer casi a una docena de lamias.

Y, cada año, antes de ser tiempo de perseidas, las vuelvo a ver. Siempre en el mismo lugar. Un sendero que marca el compás del pasado y el futuro. Sobre el mar.

From → Relato

One Comment
  1. Sublime. Literatura en estado puro. Ahora sí. ¿Sabes que no conocía las lamias?

Es tu turno.